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dimecres, 24 de juny del 2009

“Esclavitud en la Antigua Grecia” Similitudes y diferencias


En la Antigua Grecia había un sistema de esclavitud-mercancía y uno de dependencia, que tenían por modelo Atenas y Esparta respectivamente; estas dos ciudades eran capitales culturales en el ámbito griego. Tanto el sistema ateniense como el espartano tenían más de una fórmula o figura. El presente escrito pretende hacer una comparación entre los dos sistemas: el ateniense y el espartano. Como quiera que hay una tendencia a considerar más esclavos a los atenienses por estar tipificados como esclavos-mercancía, mientras que sus equivalentes en Esparta, los hilotas, están tipificados como población dependiente y ser, consecuentemente, menos esclava; aquí se intenta demostrar que no hay una diferencia esencial entre ambos modelos. Lo esencial es que la esclavitud se originaba como una substitución de la muerte.
En cualquier caso lo pertinente es trazar una comparación descendente entre Atenas y Esparta, esto es, entre los ciudadanos de Atenas y sus equivalentes de Esparta: los homoioi (los iguales). En este texto, se entiende por ciudadanos a los de Atenas, mientras que los ciudadanos de Esparta se denominan homoioi. Después de 24 siglos es imposible saber la conciencia ciudadana de un homoioi, pero no entusiasma si la comparamos con un ateniense, pues aunque ambos se reservaron el derecho exclusivo de la propiedad de la tierra, el homoioi no trabajaba, todo el trabajo estaba repartido entre periecos e hilotas, mientras que el ciudadano ateniense era agricultor y estaba orgulloso de serlo. Cuando un efebo juraba que de mayor sería hoplita ponía por testigo a la fertilidad de la tierra. Por otra parte los homoioi nacían, se educaban y vivían con el único objetivo de ser guerreros profesionales de acuerdo con la agoge, por lo que la familia no tenía ningún valor. Sin embargo no todos los homoioi eran iguales, pues había los hypomeiones y tresantes. A pesar de la alta reputación militar que tenía su ejército, éste no tenía proyección exterior si exceptuamos la conquista de Mesenia, que sirvió para ampliar el territorio y el número de hilotas, pero este triunfante ejército operaba más como un cuerpo de orden público. Aunque el ciudadano ateniense era agricultor, el trabajo de la tierra era realizado por esclavos, que juntos con su mujer, familia, ganado, tierras y demás propiedades inmobiliarias constituían el oikos. El oikos era el centro de la vida de agricultor terrateniente, el aristócrata. Se trata de una institución de origen micénico, pues Ulises era el señor de su oikos. La gran ambición de un ciudadano era ser terrateniente, pues había una cuarta de ciudadanos que no tenía tierra. Había ciudadanos pobres, pero si cumplían con sus deudas iba bien, pero había los hektemoroi cuya vida estaba pendiente de un hilo, lo que arregló Solón, pues hasta el 594aC un ciudadano que no honrara su deuda podía ser vendido como esclavo.
Tanto en Esparta como en Atenas había una categoría humana que estaba en un punto intermedio entre el homoioi/ciudadano y el hilota/esclavo: los periecos y los metecos. Los periecos eran hombres libres, se consideraban lacedemonios y en su mayoría eran de Laconia, no tenía derechos políticos, pero era parte del estado y podían intervenir en decisiones políticas, no pagaban rentas a los homoioi, pero los reyes sí que se reservaban un derecho sobre las tierras cultivadas. Muy distinto y mucho más complejo es el caso de los metecos atenienses, pues no eran ciudadanos, ni podían acceder nunca a la ciudadanía, fueran griegos o no. Si un extranjero estaba en Ática de forma estacional tenía que inscribirse como tal y necesitaba el concurso de un ciudadano a que se hiciera cargo de su situación para que pagara los impuestos, de no cumplir todas las normas se procedía a su venta como esclavo. El caso es que los metecos cumplían una función social muy importante, pues a pesar de tener una personalidad política inferior y no poder tener tierra se dedicaban a la artesanía, al comercio y a la banca. Jenofonte intentó que los metecos pudieran comprar casas al objeto dinamizar la economía. De todas formas es pertinente señalar que si había 100 periecos frente a 5000 espartanos, había 10000 metecos frente a 21000 ciudadanos, por lo que las cifras son elocuentes de la importancia de cada caso.

La comparación más complicada es la que hay entre los hilotas (Esparta) y los esclavos-mercancía (Atenas). El hecho es que la población estuvo primero por los naturales de Laconia (parece que hay unanimidad en que su origen es aqueo), que fue conquistada por los espartanos, que luego conquistaron Mesenia. Tanto la población de Laconia como la de Mesenia fue convertida al hilotismo, una forma de esclavitud enmascarada por el hecho que el hilota no era un hombre que estaba bajo la mirada de otro hombre, sino una comunidad humana bajo la mirada de otra comunidad humana. Este elemento era un acicate para mantener viva la llama de la conciencia de pertenencia a un grupo que es víctima de una injusticia, además, en el caso de los hilotas de Mesenia, por ser más reciente su conquista, conllevó que muy a menudo crearan conflictos; de aquí el ejército-policía. Un factor para mantener el sentimiento colectivo de injusticia es que los mesenios hablaban el mismo idioma, mientras que los esclavos hablaban distintos idiomas, pues eran mercancía que había entrado en Atica como exportación desde distintos lugares. El ciudadano ático que compraba esclavos era suficientemente inteligente para procurar que en el conjunto de sus esclavos no hubiera coincidencia lingüística y así evitar una complicidad entre esclavos. Un factor que humanizaba la vida del hilota es que podía llevar a cabo una vida aparentemente normal, pues tenía su casa, su comunidad de vecinos, su sociedad; mientras que el esclavo de los atenienses no tenía familia y vivía en el oikos. Estos aspectos contribuyen emocionalmente a que el hilotismo dé la sensación de ser una esclavitud suave.

En cualquier caso se da una coincidencia entre el hilota y el esclavo-mercancía, una coincidencia que es esencial y determinante: la violencia. El sometimiento de dos pueblos (el laconio y el mesenio) a Esparta para realizar los trabajos que el estado le dicte o el sometimiento de un individuo a un ciudadano para realizar los trabajos que la mujer de dicho ciudadano le dicte solamente es posible cuando uno ve amenazada su integridad física, su vida. El sistema espartano es primitivo, mientras que el ateniense es más moderno, podría decirse capitalista, por el mero hecho de tratar a un ser humano como una en mercancía objeto de compra y venta, cuyo precio viene determinado por las expectativas de rendimiento.

Esparta aceptó la ayuda de los hilotas para la Guerra del Peloponeso y en la ceremonía para proceder a su agradecimiento se les pidió que entraran sin armas de forma que luego fueron aniquilados fácilmente.

No deja de ser también conveniente considerar que en el sometimiento a los hilotas hay un aspecto moderno, por fascista. Se trata de la krypteia. Cada año, cuando un éforo tomaba posesión de su cargo –sin incumplir la ley- declaraba la guerra a los hilotas. A dicho efecto se seleccionaban jóvenes (kryptos) dispuestos y equipados con un puñal para matar “á gogo” tantos hilotas como encontraran a su paso. Ni qué decir tiene que esta práctica tenía como objetivo (además de divertirse al estilo de “A Clockwork Orange”) mantener el terror en la población hilota como forma de sometimiento físico y mental. Al respecto es interesante consignar cómo lo han juzgado algunos pensadores, mientras que Plutarco trata la krypteia de cruel y dice que era imposible que la hubiera hecho Licurgo, Platón la consideraba una forma más de entrenamiento militar.

Estos dos últimos párrafos evidencian que la esclavitud del hilota se originaba también como una substitución de la muerte.